EL HOBBIT:
UN VIAJE INESPERADO
Jose
Francisco Sastre García
Peter Jackson se ha embarcado en una
nueva trilogía basada en el mundo de la Tierra Media, concretamente en el libro
de Tolkien “El Hobbit”. ¿El resultado? En principio, podemos decir que bastante
bien.
Francamente, no esperaba ni más ni
menos que lo que vi: acción trepidante, una historia muy bien narrada… Y
alargada notablemente.
Seamos sinceros: ¿quién esperaba que
de un libro de apenas 200 páginas se podrían sacar tres películas? Evidentemente,
o te montas algo un tanto distinto, o aburres al personal con una lentitud
exasperante.
Y lo que ha hecho Jackson ha sido
precisamente optar por la primera opción: en lugar de conformarse con narrar
las aventuras de Bilbo Bolsón en su viaje hacia Erebor y el dragón Smaug, se
dedica a intercalar secciones completas de historia de la Tierra Media: en esta
primera entrega comienza a explicarnos por qué hay una docena de enanos
danzando por ahí alegre y alocadamente, en busca de alguien que les eche una mano
en su regreso al arrasado reino enano ubicado bajo la Montaña Solitaria, al
tiempo que va dando pistas de lo que sucederá más adelante, como unos 60 años
después, cuando su sobrino Frodo se haga cargo del Anillo Único y tenga que
salir por piernas de la Comarca perseguido por los sombríos Nazgul.
Así, nos encontramos con que
secuencias como las de Rivendell, que en realidad duran poco tiempo en el
libro, se alargan en base a las explicaciones que Elrond, Saruman y Galadriel
van dando acerca de lo que sucede en el lejano Este, Radagast, uno de los cinco
Valar, que en el papel es anecdótico por no decir inexistente, se convierte
durante un buen rato en protagonista… La Sombra comienza a mostrar su negrura,
lo que en parte oscurece la trama que debería ser principal, que es el viaje de
la Compañía hacia Erebor.
También añade un villano inventado
que dará un hilo conductor ligeramente distinto a la historia: Athok el
Profanador, un enorme orco que perseguirá a Thorin Escudo de Roble y a los
suyos a lo largo, por lo que se prevé, de toda la trilogía, ansioso de venganza
por haber perdido un brazo a manos del príncipe enano.
En cuanto a la calidad, ¿qué podemos
decir? Está a la altura de “El Señor de los Anillos”, rodada en 3D y con una
nueva técnica de 48 imágenes por segundo que prácticamente no se distingue a lo
largo de la película: para ser sincero, ni me enteré de en qué momento ha sido
usada, aunque también es cierto que hubo un instante en que me pareció que una
secuencia estaba un pelín acelerada: cuando los enanos están huyendo entre las
rocas de los orcos y Radagast está entreteniendo a lo lejos a los huargos,
parece como si la velocidad hubiese aumentado un poco…
Pero en general la película se deja
ver bien: aunque son casi tres horas de proyección, se sobrellevan bastante
bien, pudiendo en algunos momentos hacerse un pelín pesada; en cuanto a la
adaptación del libro, no quiero imaginar lo que va a meter en segunda y tercera
parte: en ésta ha llegado hasta un poco menos de la mitad. Supongo que introducirá
los personajes de “El Señor de los Anillos” en su juventud, antes de que se
lancen a la aventura: si no lo hace así, que alguien me explique cómo va a
rellenar dos filmes de larga duración con unas 100 páginas…
Me alegro de que te haya gustado la reseña, espero que el resto del material del blog te siga pareciendo igual de interesante... Sí, nos seguimos... Saludos y Feliz Año Nuevo.
ResponderEliminar