sábado, 27 de diciembre de 2014

CLIVE CUSSLER



CLIVE CUSSLER

Jose Francisco Sastre García

Hablamos en esta ocasión de un escritor poco habitual: siguiendo los pasos de Jean Ray, nos hallamos ante un estadounidense tan aventurero como el narrador anteriormente citado: buscador de minas legendarias y barcos hundidos, ha encontrado unos cuantos de éstos últimos de inestimable valor histórico. Es además un gran coleccionista de coches antiguos, entre los que parece ser tiene en gran estima un Talbot-Lago.
De su obra literaria, que es la que nos ocupa en este caso, podemos decir que se centra en la figura de un personaje cuando menos atípico: Dirk Pitt. Aunque también ha escrito relatos acerca de las vicisitudes de sus descubrimientos históricos. Pero lo que más nos interesa es que el personaje anteriormente citado, Dirk Pitt, se convierte en un paradigma de la novela de aventuras.
Ante todo, esta figura no es más que un fiel reflejo del autor: aventurero, buceador, buscador de tesoros de todo tipo, coleccionista de coches antiguos y, en ocasiones, de otros aparatos igualmente viejos... En cierto modo, sus lecturas nos recuerdan a una mezcla por demás sorprendente de Capitán Trueno, Punisher y el Tío Sam.
El tipo de narración de este ciclo se encuadra en un apartado que podríamos denominar, por ejemplo, ficción política: el factor común que reúne a todos los relatos, además de sus principales protagonistas, es incesante juego del tira y afloja entre las naciones y los grupos de poder; entre medias, nadando entre dos aguas para capear como buenamente puede los temporales, se halla Dirk Pitt.
En la génesis de estas novelas Cussler introduce, cruzados con la ficción, elementos verídicos de una manera muy hábil, retorciendo las situaciones hasta el punto de, en algunas ocasiones, crear la duda sobre algunos datos aportados; y es que, ante todo, el panorama político esbozado por este escritor resulta en muchas ocasiones sumamente creíble, o al menos tremendamente coherente con el mundo real.
A su vez, Dirk Pitt asume en ocasiones el papel de Indiana Jones, embarcándose en descubrimientos de importantes joyas arqueológicas perdidas tras un interminable rosario de aventuras. Solitario empedernido a pesar de llevar siempre una sombra tras él, un coprotagonista que representa perfectamente el papel de comparsa en la obra bajo la figura de su mejor amigo, en su obra, como en toda aventura que se precie, no pueden faltar las mujeres.
Aquí es seguramente donde algunos que hayan leído sus obras le acusarán de machista y patriotero barato. No les falta razón, desde luego, pero tampoco la tienen por completo: en cuanto al patrioterismo, hay que reconocer que, aunque Cussler procura mantener un tono neutro y dar primacía a la aventura, a veces se le va la olla y agita al aire las barras y estrellas, con el proverbial gesto de los "salvadores del mundo" yankees y una musiquilla nacional de fondo; y en cuanto al machismo, bueno... Con su carácter solitario, a Pitt no le importa tanto seducir a una mujer como disfrutar de una buena compañía.
El ritmo de estas novelas es ágil, a veces frenético, y su estilo es impactante y altamente adictivo. Prima sobre todo la aventura, como ya hemos mencionado, con una buena coherencia interna y sin demasiadas florituras literarias.
En suma, nos encontramos ante unas narraciones que puede merecer la pena leer, aunque, como todos sabemos, sobre gustos no hay nada escrito. Por si acaso alguien quiere probar, diré que la serie de Dirk Pitt se publicó primero, no completa, en la editorial Vidorama; posteriormente, Plaza & Janés tomó el relevo y lanzó una edición íntegra en su colección Jet y en Best Sellers. Los títulos de la serie son: El Triángulo del Pacífico, Peligro en el Mediterráneo, Rescaten el Titanic, Vixen 03, Incursión Nocturna, Pánico en la Casa Blanca, Cyclops, Iceberg, El Tesoro de Alejandría, Dragón, Sáhara, El Oro de los Incas, y Amenaza bajo el mar. Pero éstos son sólo los primeros, la punta del iceberg de su extensa producción literaria: no conforme con su creación de Dirk Pitt, ha dado vida a otro personaje que no es más que un remedio del protagonista principal, Kurt Austin, a un matrimonio que adquiere preponderancia tras aparecer en alguna de las aventuras de Pitt, los Fargo; y a un equipo trabaja de forma paralela a la CIA, en una organización conocida como la Corporación, operando bajo las órdenes del capitán Juan Cabrillo desde su base de operaciones, un camuflado supernavío llamado Oregón
¿Qué más se puede pedir? Habrá quien diga que se vuelve muy repetitivo, y no le falta razón: las historias más frescas, más deliciosas, son las primeras, luego comienza a cansar un poco, aunque hay entre las últimas novelas que resultan tan adictivas como cualquiera de las ya mencionadas…

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