R. A.
SALVATORE
Jose
Francisco Sastre García
El mundo
de la fantasía épica está plagado de nombres, unos más conocidos, otros menos:
Margaret Weis, Tracy Hickman, Louise Cooper, Barbara Hambly, James Lowder,... y
R. A. Salvatore. Es este un escritor con unas características ligeramente diferentes,
aunque, cada cual en su estilo, posee sus propias señas que le identifican y separan
de los demás, aunque escriba acerca de lo mismo.
En el caso
de R. A. Salvatore, su obra más conocida es la trilogía del Valle del Viento
Helado, una saga de aventuras en los reinos habitados por elfos, enanos, humanos,
y toda la variopinta fauna habitual en el género literario de la fantasía
épica.
Lo que le
hace diferente de otros autores, como podría ser cualquiera de los anteriormente
citados, es la gran cantidad de pensamiento filosófico que impregna la obra
dedicada casi en exclusiva a un paradigma de la maldad, un elfo oscuro,
conocido popularmente por drow en el mundillo de este género. Este personaje es
atípico, puesto que posee un código de honor que le hace entrar en continuas
contradicciones consigo mismo y con su propio pueblo, hasta que, finalmente,
decide huir de ellos y vivir en el anteriormente citado Valle del Viento
Helado. Toda esa filosofía de la vida, a veces tediosa, hace que estas
historias se hagan un poco cuesta arriba, hasta que entra en lo que es la
acción propiamente dicha. Cuando llega a ese punto, Salvatore demuestra que sabe
como estimular la imaginación del lector, y atraerlo hacia su obra con una fuerza
inusitada, en especial cuando se trata de grandes proezas en la batalla, de la
épica gloriosa de la guerra.
En la obra
de este escritor abundan las referencias al pasado, en busca de una especie de
autojustificación de los valores que se procuran inculcar, como la amistad o la
confianza, aunque tal cosa hace que a veces se haga un poco farragoso el
seguimiento de estas historias. Esto se nota muchísimo en la tercera trilogía
del elfo oscuro, y en menor medida en la primera trilogía; donde, evidentemente,
menos se nota, es en el ciclo del Valle del Viento Helado, donde prima sobre
todo la acción, aunque a Salvatore se le escapan referencias filosóficas, de
vez en cuando, al modo de ser del pueblo de Drizzt y de él mismo, comparándolas
casi de continuo en las trilogías anteriormente citadas, como si, de alguna
manera, pretendiera excusar que una figura del bien pudiera surgir de un pueblo
básicamente maligno.
En
definitiva, estamos ante una serie de libros que, aunque se leen bastante bien,
no llegan a cuajar del todo, creando una especie de reflexión psicológica y
filosófica acerca de cómo debe ser un héroe, lo que hace que el seguimiento de
la obra se pierda un tanto en divagaciones.
Para aquel
que quiera probar con estas lecturas, diremos que se trata de una larga saga de
libros, publicados todos ellos en Timun Mas, en la colección Reinos Olvidados. Cronológicamente
ordenados, hasta el momento, son: la primera trilogía del elfo oscuro (La
morada, El exilio, el Refugio), la Trilogía del Valle del Viento Helado (La Piedra de
Cristal, Ríos de Plata, La Gema
del Halfling), un libro suelto titulado El Legado y la segunda
trilogía del elfo oscuro (Noche sin Estrellas, Cerco de Oscuridad, Luz en
las Tinieblas), El Estigma de Errtu,
La Columna del Mundo, El Siervo de la Piedra, El Mar de las Espadas, la trilogía de
Las Espadas del Cazador (Los Mil Orcos,
Los Senderos de la Muerte y Las Dos Espadas), la trilogía
Transiciones (El Rey Orco, El rey Pirata y El Rey Fantasma), la saga Neverwinter (cinco libros), y una nueva
serie que acaba de iniciar….
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