sábado, 27 de diciembre de 2014

ROL Y LOCURA



SOBRE EL ROL Y LA LOCURA

Jose Francisco Sastre García

Los juegos de rol han sido siempre el caballo de batalla en la sociedad: de una parte, los que consideran este fenómeno como algo aberrante, antinatural, y por otro los que defienden su derecho a jugar a lo que les venga en gana; por supuesto, siempre y cuando esa actuación no interfiera en la vida de otras personas y les produzca molestias o sinsabores.
Desde la óptica de alguien que jamás ha practicado el rol, y que tiene una idea regular tirando a floja acerca de las reglas del juego en cuestión, el problema no está en decidir si es algo bueno o malo, sino, más bien, en el enfoque que se le pretende dar.
Veamos: si no me equivoco, se puede jugar sobre tablero o, por decirlo de alguna manera, sobre el mundo real, amén de poder ser practicado al ordenador. Si lo miramos desde el punto de vista del tablero, existen muchas otras variedades de prácticas lúdicas: ajedrez, parchís, la oca, las damas, el backgammon,... ¿Alquien ha cuestionado alguna vez esos juegos? Ante todo, sabemos que puede haber personas que se obsesionan con una determinada práctica, que puede ser cualquiera de las anteriormente citadas u otra, llegando al extremo de hacer de ella el centro de su vida. ¿Por qué el rol habría de ser distinto?
Si cambiamos el enfoque a los programas informáticos, nos encontramos en la misma situación: ¿por qué quejarnos de estos juegos si existen en el mercado otros mucho más violentos, más sangrientos y también con mayores dosis de sexo? Ejemplos los tenemos a patadas, sobre todo en los de tipo 3D: DOOM, DUKE NUKEM, STRIFE,... Estos juegos son tan adictivos como el que más, así que, ¿por qué no habrían de serlo, por citar algunos, MENZOBERRANZAN, EYE OF BEHOLDER, UNLIMITED ADVENTURES o STRONGHOLD?
Finalmente, si atendemos a la práctica del juego en la calle, no tenemos por qué escandalizarnos: ¿acaso los niños no juegan a diario por todas partes a indios y vaqueros, policías y ladrones, superhéroes y villanos, etc.? ¿Alguien les crítica por ello, o dice que esos juegos les vuelven locos? Al revés, hay quien habla de que esas prácticas forman el espíritu de los niños de alguna manera que a mí, personalmente, me parece incomprensible.
En resumidas cuentas: por lo que conozco de la práctica del rol, se trata básicamente de un ejercicio de imaginación, de la generación mental de una serie de personajes y mundos para entretenimiento personal. ¿Qué hubo un asesinato basado en un juego de rol en Madrid? No fue debido al juego como tal, ya que en sí mismo éste es inofensivo, sino a los problemas de salud mental que los jóvenes asesinos tenían. ¿Que el mundo que se habían inventado era de corte fascista? Salía de sus propias ideas. ¿Qué debían encontrar víctimas para su juego?
Seguimos hablando de las ideas que tenían, las que se les había inculcado o habían adquirido por voluntad propia.
¿Que la gente quiere entretenerse jugando al rol? Me parece bien, aunque con una matización: los practicantes de dicho juego quizás deberían, de alguna manera, conocerse unos a otros con mayor profundidad, tener controlados a aquellos elementos que pudieran llegar, por sus propios problemas, a cometer tamañas atrocidades como las que ya han ocurrido.
A la postre, la evidencia es clara: no es el propio juego de rol el que come el coco, el que produce la locura en sus participantes, sino la propia mente de éstos, sembrada por nuestra propia sociedad de inquietudes, problemas y disturbios mentales. Y es de esto precisamente de lo que debemos protegernos, no de unas gentes que lo único que hacen es entretenerse.

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