ROBERT
E. HOWARD Y LOS HOMBRES-SERPIENTE:
UNA
MIRADA AL PASADO
Jose
Francisco Sastre García
Robert E.
Howard no sólo creó personajes heroicos dotados de una gran personalidad y de
una tremenda voluntad para vivir e imponerse a las situaciones; además, recreó
criaturas que más tarde, por sus especiales características, pasarían a formar
parte de los ciclos de otros escritores. Este es el caso de los
hombres-serpiente, seres que entrarían a formar parte del panteón de los mitos
de Cthulhu que Lovecraft hizo surgir de su mente.
Estos
seres, según el autor tejano, dominaron el mundo en un tiempo muy antiguo, cuando
aún el hombre vivía casi como un animal. Eran hijos de Set, el dios serpiente,
y tenían un poder tremendo.
Pero este
poder sería quebrado por la incipiente humanidad, que los hizo retroceder a los
rincones más remotos del mundo. Desde allí, rumiaron su venganza y volvieron en
los tiempos de la era Thuria, disfrazados como hombres. Durante generaciones
afirmaron su supremacía fundamentalmente en Valusia, suplantando a los
verdaderos reyes y ejerciendo su reinado de terror (1), hasta que llegó el rey
Kull, un atlante que acabaría de nuevo con la amenaza. Mas, de nuevo, un
pequeño resto de los hombres-serpiente vuelve a huir y se refugia en diversos
puntos del mundo. Sin embargo, el cataclismo que engulle a Atlantis y borra del
mapa los Siete Imperios, hace que el mundo cambie y los restos de la antigua
raza se muevan de nuevo en busca de escondites, que encontrarán en los más
remotos confines de lo que ahora es la era hibórea. En estos momentos estas
criaturas nos recuerdan notablemente a la degeneración que sufre el pueblo
picto a lo largo de los tiempos, hasta ramificarse en pictos históricos e Hijos
de la Noche.
Sin
embargo, los hombres-serpiente no se degeneran ni sufren modificaciones: siguen
manteniendo intacta la devoción a su padre Set, que aparentemente los ha
abandonado, y la llama del odio hacia la Humanidad aún inflama sus fríos corazones de
reptiles. Estas criaturas habitaban en la tierra inexplorada que hay al Sur de
Verulia. Tras el cataclismo, que hace desaparecer Farsun bajo las aguas, todas
las posiciones más al Norte son abandonadas por motivos que se desconocen y la
población se dirige hacia el Sur.
Durante la
siguiente era, en que Aquerón y Estigia se disputan el mundo, algunos hombres-serpiente,
viendo el pujante poder de la tierra que adora a Set, se desplazan a este reino
con la esperanza de poder recuperar al menos parte de su poder. A medida que
pasa el tiempo y que los hibóreos destruyen las ambiciones de Aquerón y
Estigia, la raza de reptiles casi ha desaparecido de la faz de la tierra. Sus
únicos restos conocidos, tanto vivos como muertos, se encuentran en el Sur de
Kush (2), en la Isla
sin Nombre (3), y en la Tierra
sin Retorno (4), siendo este último lugar el bastión final de la antigua raza,
aplastado por el rey Conan al dar albergue al mago estigio Thot Amon. Es posible
incluso que algunas poblaciones se edificaran sobre restos de antiguos ciudades
de hombres-serpiente, como podría ser el caso de la Capital del Norte de
Zembabwei (5).
Estas
criaturas consiguieron sobrevivir durante tanto tiempo merced a su astucia, apartándose
de los hombres hasta que su poder les fuera reintegrado de nuevo; sin embargo, el
rey Conan los aplastó antes de que el momento llegara. Al igual que ellos,
parece ser que otros reptiles consiguieron sobrevivir o fueron llamados de
nuevo al mundo: los dinosaurios. Pensemos sin ir más lejos en las descripciones
que hace Howard de los dragones con los que se topa Conan, y no nos costará
mucho pensar en diferentes especies de reptiles desaparecidos mucho tiempo
antes: el estegosaurio (6) y la serpiente gigante, la cual dará lugar a la
imagen ofídica de Set (7).
Al
parecer, los hombres-serpiente no son más que una creación howardiana para dar más
fuerza a los mundos que surgieron de su fértil imaginación. Sin embargo, hay
que hacer una pequeña salvedad: los indios séneca norteamericanos tienen una
leyenda en la que hablan de una era anterior a la del hombre, que fue gobernada
por hombres-serpiente (8). Si bien es cierto que se trata de una leyenda y como
tal no es real, ¿no debemos pensar que, al igual que toda leyenda, ésta ha de
tener alguna base real?
¿Conocía
Howard esta leyenda? No lo sabemos. Sí sabemos, por contra, que era un estudioso
de los pueblos antiguos: debemos suponer que conocía los pueblos turanios e hirkanios,
ya que sería demasiado aventurado creer que se los inventó, teniendo en cuenta
que esas etnias existen o, al menos, han existido, al igual que los pictos. Por
tanto, no sería demasiado aventurado pensar que, efectivamente, el escritor
tejano conocía esta leyenda, máxime teniendo en cuenta que los indios séneca
vivían el el Sur de Estados Unidos; podríamos pensar, en consecuencia, que la
idea de los hombres-serpiente valusios surgió, al igual que otras ideas de su
literatura, de su conocimiento de las culturas antiguas.
NOTAS
1.- Se habla de
todos estos datos en el relato "El Reino de las Sombras", publicado
en el libro del mismo título, en la colección Obelisco Fantástica.
2.- Se trata de
los restos de un castillo negro, descrito en el relato "El Castillo del Horror",
dentro de la novela número 2 de Fórum, "Conan el Cimmerio".
3.- En esta
isla se encuentra un templo de la antigua raza, en el que una estatua del dios Tsathoggua,
criatura extraída del panteón lovecraftiano, ejerce como guardiana del Libro de
Skelos y de la Diadema
de la Serpiente.
Resulta curioso comprobar que no sólo adoraban a Set, sino a
dioses más antiguo s y oscuros.
4.- La capital
de estas tierras era Yanyoga, último reducto de los hombres-serpiente, donde
gobernaba la reina Lilith. Estos datos figuran en el relato "Sombras en la Calavera", incluido
en la nóvela número 11 de Fórum, "Conan de Aquilonia".
5.- Aunque no
se especifica que fuera una ciudad ofídica, se puede leer que esta ciudad se
había construido sobre otra más antigua en "La Luna Roja de
Zembabwei", relato publicado en la novela "Conan de Aquilonia".
6.- La
descripción del estegosaurio viene dada en "Clavos Rojos", dentro de
la novela "Conan el Guerrero", número 7 de Fórum. La única diferencia
es que las clásicas tejas vienen definidas como espinas.
7.- La Serpiente Gigante
aparece un par de veces en los relatos de Howard. Aparece primero en "Más
allá del Río Negro", dentro de la novela "Conan el Guerrero".
Más tarde, cuando el mundo hibóreo ha desaparecido y los hijos de Aryas
recorren el mundo, aparece en el relato "El Valle del Gusano",
publicado en el libro del mismo título, dentro de la editorial Martínez Roca,
colección Fantasy, número 9.
8.- Esta
leyenda viene narrada en el libro "Mundos Anteriores al Nuestro", del
investigador norteamericano Brad Steiger. Este libro fue publicado en la
editorial Edaf, en la colección Nuevos Temas.
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